En pleno mes de agosto, época en la que Jaén se asemeja a una ciudad fantasma como causa del estío y el calor veraniego, emerge en el corazón de su centro histórico una advocación desconocida por el gran público cofrade, especialmente por los más jóvenes. La Virgen del Tránsito reclama atención en una parroquia con tanta historia y riqueza como carencias. En San Juan y San Pedro, donde se cobija el Misterio del Calvario, el Santo Sepulcro y su Dolorosa; donde la devoción a la Virgen del Carmen se guarda con celo, se encuentra la Imagen de María yacente.
Los días 12, 13 y 14 de agosto tuvo lugar el Triduo a la Virgen del Tránsito, que volvió a congregar a muchos fieles devotos de una de esas Imágenes de María poco conocidas, y que forma parte del rico legado que atesoran las parroquias y conventos de la capital del Santo Reino.
Fotografías: Manuel J. Quesada Titos