Puntual a su cita, como hiciera por vez primera el 11 de junio de 1430, Nuestra Señora de la Capilla desfiló en procesión por la ciudad de la que es Patrona y Alcaldesa Mayor. La jornada dio una tregua al calor veraniego instalado ya en Jaén y las amenazas de tormenta quedaron en eso, amenazas, porque del cielo solo llovieron los petálos y los únicos truenos y relámpagos fueron de luz y color a su paso por Óptica Amate, en plena Carrera, en forma de fuegos artificiales.
Miles de jiennenses se echaron a las calles desde la mañana, algunos para asistir a la Misa Votiva de Cabildos, otros para ofrecer sus flores a la Virgen y también hubieron quienes disfrutaron de la jornada festiva en la llamada feria chica. Sin embargo, todos acudieron puntuales a la cita con María cuando a eso de las 8 de la tarde se abrieron las puertas de la Basílica Menor de San Ildefonso.
La Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de la Expiración abrió el cortejo al que acudieron la mayoría de las hermandades de Pasión y Gloria de Jaén, incluida la de la Virgen de Alharilla, Patrona Coronada de Porcuna. Despliegue de guiones y banderas que antecedían a las pastiras y chirris que sacaron del armario los trajes tradicionales de su tierra. Mujeres con mantilla blanca y un puñado de cofrades alumbraban el último tramo de la Magna Procesión a la que acudió parte de la Corporación Municipal. Todo esto como antesala del bello trono de Nuestra Señora de la Capilla, que con su manto azul en el que luce el escudo de la ciudad, paseó en la tarde noche del 11 de junio.
Este año, el itinerario se ha realizado a la inversa, paseando primero por su barrio de San Ildefonso para subir Carrera arriba hasta la Catedral y bajar por Almenas y Muñoz Garnica de nuevo hasta su Basílica Menor. Banderas y colgaduras lucieron en su transcurrir lento por el centro de una ciudad que la espera para que, como antes, socorra a las gentes de bien que depositan su fe en Ella.
Fotografías: Manuel J. Quesada Titos