Pasada la Navidad ha llegado el momento de sacar del armario los costales y las fajas y darles el primer planchado. Ha llegado el momento de los ensayos costaleros, de noches de música cofrade por las calles y jóvenes y no tan jóvenes, con el costal acompañando una parihuela que en primavera se convertirá en altar itinerante.
En los últimos días se han sucedido las igualás y las convocatorias de reuniones con unas protagonistas, los hermanos costaleros. Reencuentros de amigos de “fatigas” y bienvenidas a los nuevos que se acercan a Cristo y María para ser sus pies. Sería difícil calcular el número de personas que mueve la faceta costalera de nuestras hermandades, porque muchos repiten en varios pasos, pero sin lugar a dudas, se trata de un aspecto fundamental e indispensable en la actual Semana Santa. Y como tal lo entienden las hermandades.
Entre las igualás más esperadas, la de Jesús Cautivo, que saldrá este año por vez primera en nuestra Semana Santa. Muchos acudieron a la llamada de la Cofradía de Santa Isabel para ser partícipes de un acontecimiento histórico el próximo Miércoles Santo. Será el primero de muchos.