Después de la primera convocatoria y la igualá, los costaleros de la Esperanza se han puesto manos a la obra. Para ello, el primero de los ensayos lo han dedicado a aprender a hacerse la ropa, el costal. Un primer paso que es clave para el posterior trabajo bajo la parihuela de María Stma. de la Esperanza.
Cabe destacar el gran ambiente y, sobre todo, la ilusión que despierta esta nueva cuadrilla de costaleros que aúna la veteranía de los hombres de trono que llevan muchos años portando a la Esperanza, con la juventud de quienes atraídos por María y la nueva forma de portarla, están dispuestos a ser sus pies el próximo Miércoles Santo.