Manuel Quesada Titos

Una semana cerca de la Amargura

Siete días cerca de Ella para entender su Amargura. Toda una semana que se pasa tan rápido como el vuelo de la paloma que emerge en plena Carrera en la tarde de un Lunes Santo que se anhela. Así han vivido los hermanos de El Salvador el Septenario a su Titular con la resaca todavía de un 25 aniversario que les devolvió al pasado pero con la firmeza del tiempo presente. Un ritual de cultos que antecede a la Cuaresma entre ensayos costaleros y certámenes de bandas que se suceden por doquier para espantar el frío de un invierno perezoso.

Una vez más, y suele ser lo habitual, la Amargura centró las miradas del nuevo Jaén para presidir la Fiesta Principal y volver a tender su mano para recibir el cariñoso beso de unos devotos que este año la han tenido tan cerca y presente, que costará no hacerlo en los venideros. Porque la Amargura volvió a estar a su altura, a pie llano, para escuchar, ver y entender lo que el silencio susurra en las tardes de El Salvador.

Fotografías: Manuel Quesada Titos

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