Tan espectacular como siempre fue ver salir a María por la puerta cuyo arco ojival separa la vida de la muerte de un Dios hecho hombre. En la noche temprana de una tarde de otoño, la Madre de las Siete Palabras cogió su rosario para rezar junto a sus cofrades los misterios de su vida. Bellas estampas por el Jaén de siempre, desde San Bartolomé a Santa María, con Aves María en el bullicio de una tarde de ocio.

Así se desarrolló el Rosario Vespertino de María Santísima de las Siete Palabras, la bella mujer que dejó sin palabras a quienes acudieron a rezar junto a ella, y a los que se la encontraron, casi de casualidad.

Fotografías: Manuel J. Quesada Titos