Después de un sábado que estuvo ocasionalmente pasado por agua, ayer el domingo amaneció espléndido en la capital jienense y eso permitió no sólo continuar la diversión en torno a las cruces que no se estropearon por la lluvia, sino también aprovechar el último día de fiestas en el barrio de La Gloria. Por la mañana se celebró la tradicional misa en honor al Cristo de Charcales en su ermita y cuando llegó la hora del almuerzo, prácticamente no cabía un alfiler en ninguno de los bares de la zona.

Una temperatura más que agradable y un sol espléndido hacían que más de uno buscara la sombra para tomarse a gusto una cerveza. Y, como también es habitual en esta celebración si el tiempo acompaña, la sobremesa se alargó hasta bien entrada la tarde. Y aunque fueron muchos los que siguieron en el barrio hasta que llegó la noche, otros, a eso de las seis de la tarde, emprendieron el camino a pie hasta la cercana ermita del Cristo de Charcales, conocido popularmente como del Arroz.

De allí, a las seis y media de la tarde, y entre una muchedumbre, partió la procesión del Cristo, que avanzó por el paraje Fuente de la Peña hasta llegar al barrio de la Gloria, donde, a las personas que lo acompañaban desde la ermita, se sumaron otras que prefirieron esperarlo en las calles.

Fue así, con un gran ambiente, mucho público y un tiempo inmejorable como se puso fin a las fiestas de La Gloria y cómo los vecinos se quitaron la espinita que tenían clavada del año pasado, cuando la lluvia impidió la salida de la procesión.