Diócesis de Jaén

La Catedral celebra la Solemnidad de la Asunción

La Catedral de la Asunción celebró, con toda solemnidad, la fiesta de su titular. Con el repique de las doce daba comienzo la procesión claustral de la Virgen de la Antigua, patrona del Cabildo Catedral. La imagen, portada en andas por miembros de la Cofradía de la Buena Muerte, que tiene su sede canónica en el primer Templo de la Diócesis, recorrió las naves de la Catedral de Vandelvira, seguida por un amplio número de canónigos, el Deán de la Catedral, D. Francisco Juan Martínez Rojas, el Obispo emérito, Don Ramón del Hoyo López y por el actual Prelado jiennense, Don Amadeo Rodríguez Magro, que cerraba el cortejo procesional. A continuación, cientos de devotos que quisieron participar en la celebración eucarística en este día en el que se rememora la Asunción de la Madre de Dios, en cuerpo y alma a los cielos.

Homilía
En su homilía, Don Amadeo quiso comenzar con un afectuoso saludo al Obispo emérito de Jaén, Don Ramón del Hoyo López. Del mismo modo, también saludó al Cabildo Catedral y a los padres y madres de los niños que iban a ser presentados ante la Virgen de la Antigua.

El Obispo del Santo Reino quiso profundizar al Misterio de la Asunción de la Virgen que se celebraba, y que fue proclamado dogma de Fe en 1950 por el Papa Pío XII. “Nosotros siempre que vemos a María la vemos en el Misterio de su Hijo. La lógica cristiana, el sentimiento más profundo del pueblo cristiano, y también el mensaje que nosotros hemos captado y comprendido de las Sagradas Escrituras, sobre el misterio de María, por eso, decimos hoy, como han dicho algunos pensadores y teólogos de nuestro tiempo, «Si Jesucristo, hijo de María, que compartieron carne y sangre, si Jesucristo dio la vida por nosotros con su carne y su sangre en la cruz, como no iba a hacer participar al cuerpo que le había dado la vida de su gloriosa resurrección».

Don Amadeo hizo hincapié en que la solemnidad que se celebraba era “un día para contemplar a la Santísima Virgen, pero es hoy un día para todo el pueblo cristiano, de todo ese pueblo que tiene la gracia de creer en la Resurrección de Jesucristo y que espera la resurrección en Cristo Jesús. Hoy es un día de esperanza, un día de alegría, un día muy especial para mirar con una ilusión especial el futuro que ya se cumplió en la Madre de Cristo y que se cumplirá en nosotros”.

El Prelado jiennense concluyó su predicación con la mirada puesta en la felicidad eterna, esa que sólo procede de Dios “Nosotros sabemos que este Misterio que hoy celebramos, de la Santísima Virgen, nos dice, nos reafirma en la participación de Cristo resucitado, y nos reafirma que nuestro futuro es un futura de luz, alegría y esperanza como María Asunta al cielo en cuerpo y alma, un futuro de Dios”.

Al finalizar la predicación, en esta solemnidad de la Santísima Virgen, subieron hasta el presbiterio más de una veintena de bebés y niños, acompañados por sus padres, para ser presentados ante la imagen de la Virgen de la Antigua, que presidía el altar, y ser bendecidos por el Obispo Don Amadeo, con la oración de San Bernardo.

Al concluir la Eucaristía, y como es tradición de siglos, el Obispo subió hasta los balcones del Templo catedralicio para impartir, con el Santo Rostro, la bendición a los cuatro puntos cardinales: a sus gentes, a la ciudad de Jaén y a sus tierras de labor. Tras bendecir a los presentes en el balcón de la fachada principal de la Plaza de Santa María, recibió un caluroso aplauso de los fieles que ocupaban la plaza. Esta bendición con el Santo Rostro desde los balcones sólo se efectúa dos veces al año: el Viernes Santo y el día de la Asunción de María.

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