José M. Anguita

Hoy estaba previsto el traslado de la Reina de los Ángeles a San Pedro Pascual

Este Viernes de Dolores estaba marcado en la historia del Grupo Parroquial de la Sagrada Lanzada. Esta tarde se hubiera producido el traslado de María Santísima Reina de los Ángeles a la Parroquia de la Inmaculada y San Pedro Pascual. Sin embargo, la crisis sanitaria del coronavirus obligó su suspensión y habrá que esperar. Así ha querido recordar este día este grupo parroquial de la Sagrada Lanzada:

Hoy, hoy era tu día…primavera recién estrenada, Viernes de Dolores, todo estaría preparado, tu nueva casa y en ésta las flores para perfumar tu parihuela, tantos corazones impacientes para mecerte por tus calles de Jaén, tu feligresía y amantes de ti iluminarian tu camino, ese olor a incienso, esos rezos, estarías ya engalanada como una reina y preparada, impaciente por llevar y repartir amor a esos corazones que te miren al pasar.

Pero estarías triste también por dejar a tu barrio, ese que te vio nacer, pero tú los vas a proteger porque no importa donde estés ubicada, tu amor es eterno y escucharas su llamada y ahí estarás Madre cuidando de ellos.

El destino no quiso que pudiera ser, la vida nos puso una prueba muy dura, es mucho el dolor que estamos viviendo, corazones rotos, multitud de vidas perdidas, pero ahí están nuestros ángeles, si, ese ejército de ángeles que desde el cielo nos mandasteis para salvar tantas vidas poniendo la suya al servicio del Señor. Estamos aprendiendo a vivir todos unidos, estamos profundizando en nuestra fe y así venceremos todos juntos esta Cuaresma peculiar, siempre sintiendo que no estamos solos que ahí estáis con nosotros.

Y cómo si de un cuento se tratara llegará un día y saldrá de nuevo el sol en esos días fríos y tristes y saldrás por el umbral de la puerta de San Eufrasio, un rayo de sol iluminará tu cara y veremos felicidad en esos rostros apenados de dolor, nos bendecirás a tu paso porque las Madres no abandonan a sus hijos y veré la espera más dulce.

Tú nuevo barrio te espera no lo dudes Madre mía, ahora tienes que ser su fuerza, su consuelo en esta vida que emprendemos allí y ellos se volverán a ti.

No los escuchas Madre! Tu barrio te llama en una saeta desgarrada, en un rachear de zapatilla, en la pureza de ese blanco clavel, en esa luz del nazareno que iluminara tus calles, en esa marcha que sonara tras de ti, porque tu eres Reina, si, Reina Franciscana de Jaén, ese Jaén que te espera con su corazón abierto para que des paz, amor y esperanza, esa esperanza que nunca perderemos para llevarte donde mereces estar.

Hasta que llegue ese día viviré soñando, soñando que llegue tu día.

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