Bedmar lució en todo su esplendor en la Vigilia diocesana de las espigas

 José Checa, Adoración Nocturna

La localidad de Bedmar se transformó en la tarde del pasado sábado, 23 de junio, en un bello altar eucarístico, para acoger en sus calles y plazas la Vigilia diocesana de las Espigas, que se celebró en este pueblo de Mágina, con motivo del primer centenario de la sección de la adoración nocturna española. Desde hace semanas, esta sección adoradora, junto con toda la comunidad cristiana de Bedmar, se han venido preparando, para tal acontecimiento, con un ciclo de conferencias, todas ellas con temática eucarística. Las ponencias han sido pronunciadas por: D. Pedro Talavera, Vicepresidente de A.N.E., quien instruyó a los presentes sobre “la Eucaristía y la adoración nocturna”, la segunda de estas conferencias tuvo como título “la Eucaristía  y la Santísima Virgen María”, siendo pronunciada por el Canónigo Catedral, D. Manuel Carmona García,  y la última de ellas, corrió a cargo de D. Francisco Juan Martínez Rojas, Vicario General de la Diócesis y Deán de las Catedrales de Baeza-Jaén, quien pronunció la conferencia: “Historia y devoción del culto eucarístico en la Diócesis de Jaén”.

Uno de los frutos para la sección de Bedmar de este centenario son los encuentros que se están produciendo a lo largo de todo el año de los niños tarsicios, los cuales han comenzado su camino como adoradores de Jesús Sacramentado con gran ilusión y cariño.

Del 18 al 22 de junio tenía lugar el quinario eucarístico en la Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora, comenzando todas las tardes con el rezo del Santo Rosario, para continuar con la celebración del Santo Sacrificio de la Misa y la adoración al Santísimo Sacramento. Durante estos días, la sagrada cátedra, estuvo ocupada por los reverendos señores: D. Ildefonso Fernández de la Torre, D. Pedro Martos Fuentes, D. Juan Herrera Amezcua, D. Juan Viedma Medina y D. Ramón López Pozas.

Y llegó el día esperado por todos los adoradores y vecinos de Bedmar, que con gran esmero y dedicación se volcaron desde primera hora de la mañana para hacer que su localidad luciera como nunca, para recibir entre sus calles al amor de los amores. Hospitalidad de sus gentes e instituciones para los cerca de 600 adoradores llegados desde las diferentes secciones de la diócesis, los cuales eran recibidos en la pililla.

El edificio de usos múltiples, fue el escenario elegido para la realización del pregón conmemorativo de esta celebración, siendo pronunciado el mismo por el sacerdote D. Julio Millán Medina, presidente de la Fundación Mensajeros de la paz, quien además, es natural de esta localidad.

Tras un descanso y desde dicho edificio de usos múltiples partió la procesión de banderas por las engalanadas calles del recorrido, donde las secciones asistentes, ordenadas por orden de antigüedad, recorrieron una de las principales calles de la localidad hasta llegar a la caseta municipal.

Allí, ya entrada la noche, tendría lugar la celebración de la Solemne Misa, presidida por Don Amadeo Rodriguez Magro, Obispo de la Diócesis, siendo concelebrada por  D. Manuel Peláez Juárez, consiliario diocesano de A.N.E, D. Juan Guerrero, párroco de Bedmar y consiliario de la sección anfitriona junto con una veintena de sacerdotes de la Diócesis, así como con la participación de los tres diáconos. También estuvieron presentes en dicha celebración las autoridades civiles de la localidad, representadas en la figura de su alcalde y de miembros de la Corporación Municipal.

La bella homilía que pronunció el Obispo tuvo un marcado acento eucarístico. El Prelado recordó que es la Eucaristía la fuente de la que bebe y se nutre el cristiano, a la vez que insistió en que “no hay nada más importante y más necesario para la vida de un cristiano que vivir de lo que recibimos la Eucaristía, es nuestro alimento. Lo que alimenta nuestra vida como cristianos. La vida de un cristiano es una vida eucarística”. 

Y añadió que “la Eucaristía nos envía a la vida ordinaria para que seamos testigos del Señor”.

Finalizada la Santa Misa, tuvo lugar la exposición del Santísimo y el turno de vela, donde todos los adoradores, se unieron en oración en torno a Jesús Sacramentado mediante la oración de presentación  de adoradores y el oficio de lectura, habiendo también unos minutos de oración personal.

Ya entrada la madrugada, tenía lugar la procesión por las bellas calles de la localidad abriendo el cortejo la cruz alzada y ciriales, para continuar con las banderas y adoradores de las diferentes secciones ordenadas por orden de antigüedad, la representación del consejo local y diocesano, sacerdotes y Jesús Sacramentado bajo palio.

Sin duda, se vivieron estampas de gran belleza durante todo el recorrido, donde los vecinos enfermos e impedidos, pudieron reconfortarse ante el paso del Señor por las puertas de sus hogares. Tampoco faltaron los cantos, rezos y plegarias a lo largo de todo el recorrido.

Finalizó esta jornada eucarística en la lonja de la Parroquia con la bendición de los campos y la despedida de todos los adoradores por parte de D, Juan Guerrero, párroco de Bedmar y consiliario de la sección anfitriona, quien agradeció a todos los sacerdotes y adoradores presentes su asistencia, así como a todas las autoridades, instituciones, asociaciones y vecinos que hicieron posible que esta vigilia fuera una realidad con su colaboración.

Así pues, queda ya la mirada puesta en la localidad de Sabiote, quien el próximo año acogerá esta cita diocesana.

 

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